La comunión, es para los niños (que no nos olvidemos los adultos) y es un sacramento ( que tampoco nos olvidemos). Celebrar la Primera Eucaristia, para los cristianos, es motivo de felicidad y de gozo. Los mayores debemos ser los referentes y responsables, de que este maravilloso día que muchos niños esperan con fervor no se quede en lo festivo. Que el pan que tomen nuestros hijos no sea puro teatro, puro convencionalismo sino Pan de Vida.
Que así sea
( Todas las galletitas tiene la frescura y transparencia de un niño de 1ª Comunión).
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